21 noviembre 2011

Arenas saca pecho

Los españoles han elegido a Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. El Partido Popular recibe el llamamiento de sacar a los españoles de la grave crisis económica que azota al país. En Andalucía, la victoria del PP es aún más grande y se abre un nuevo escenario político que se cierne sobre José Antonio Griñán.

Pierden los socialistas en casi todas las provincias. Tan sólo mantienen el tipo en Sevilla, si bien la capital cayó del lado del centro derecha y las pérdidas rondan los dos cientos mil votos. Sevilla es el último bastión del PSOE, junto con Barcelona. Pero la diferencia con el PP se ha estrechado hasta un solo diputado.

El caso de Jaén es especialmente grave si se atiende al histórico de cifras. Es la primera vez que los populares ganan. En Málaga, Granada y Almería el PP se desinfla y aumenta las distancias con respecto a los anteriores comicios generales.

La lectura es aún más dolorosa para Griñán en vista de que la abultada depresión que fueron las municipales para el PSOE andaluz, con pérdidas de Ayuntamientos clave o la Diputación gaditana, pues las distancias aumentan y se diluye el argumento del 'localismo'.

El desgaste de la marca socialista se demuestra con los dos comicios de 2011 y un proceso de reinvención del partido en febrero puede generar más trincheras que no ayuden a reflotarla a corto plazo. Griñán sigue diciendo que no es lo mismo un ámbito que otro, pero está en la diana.

Andalucía nunca ha cambiado el color de su gobierno y no parece probable que en cuatro meses vaya a cambiar la tendencia. Extrapolados los datos, ni siquiera un posible desgaste popular por la acción de Rajoy en la Moncloa parece estar del lado de Grián, puesto que el Parlamento daría cabida a una cuarta fuerza si se repiten los votos del 20-N: UPyD.

Dar fuelle al miedo contra la derecha ha fracasado en las locales y en las generales. Este argumento valió en los años de la pinza, pero el concepto de voto útil podría bajar en intensidad al ir por separado los comicios autonómicos y los españoles.

Y a todo esto, Javier Arenas anda radiante. No se ve en San Telmo tan fácilmente y sabe que no es el preferido de los andaluces. Pero el paralelismo con la trayectoria de Mariano Rajoy es evidente. Ni en comparación con el candidato socialista gusta más, según las encuestas, ni tiene una imagen despolitizada al estilo de Zoido en Sevilla o Monago en Extremadura. Pero con todo, Rajoy se ha llevado las últimas elecciones por absolutísima.

La batalla por San Telmo está abierta y las tropas, ayer 20 de noviembre, se han pasado al enemigo.

Arenas atiende a los medios tras votar, ayer. / EFE

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